En su más reciente informe, Rabobank analiza qué pasa en la industria avícola y cómo va a recuperarse después de la tormenta causada por el COVID-19.
El analista Nan-Dirk Mulder y sus colegas del Sector de Proteína Animal de Rabobank publicaron hace unos días el informe trimestral “Poultry Quarterly Q3 2020: Fragile Recovery After COVID-19 Storm“, en el que aseguraron que la industria avícola mundial se recupera gradualmente de la tormenta que desató la pandemia de COVID-19 en el primer semestre de 2020.
El gran impacto en los mercados fue ocasionado principalmente por las restricciones al servicio de alimentos y a la distribución tradicional, además de las interrupciones en los suministros para contener la diseminación del virus.
De acuerdo con el informe, los precios cayeron durante el segundo trimestre de 2020 en casi todas partes del mundo. Sin embargo, en tanto que se relajan las medidas para la contención del COVID-19, el panorama mejora gradualmente en la mayoría de los mercados.
Además de que los precios se afectaron, la oferta también cayó debido a menores colocaciones de aves y, en algunos casos, por la reducción de las parvadas de reproductoras. Los analistas de Rabobank prevén que, en el segundo semestre de 2020, la caída económica será lo que impulse al mercado, lo que volverá más volátiles a los mercados mundiales y a que estén impulsados por el precio.
Condiciones positivas de la avicultura
Los analistas de Rabobank consideraron que, en general, estas condiciones presentes son positivas para la avicultura, pues hablamos de la proteína animal más barata, que presenta un ciclo de producción corto y flexible.
Sin embargo, la volatilidad que ya hay puede agravarse en este accidentado camino a la recuperación porque los gobiernos tratan de impedir que se disemine más el virus, por los retos constantes para equilibrar la oferta y la demanda, y por la volatilidad en los tipos de cambio, algo presente en las principales economías latinoamericanas.
Por otro lado, el informe indica que el panorama relativamente bajista del precio del alimento balanceado va a brindar un respiro a los productores y a las empresas por el lado de los costos.
Para el segundo semestre de 2020, los analistas de Rabobank destacan estos cuatro puntos:
Demanda de pollo: será más alcista al relajarse las medidas de contención del COVID-19, lo que mejorará la demanda gracias al servicio de alimentos. Además, durante el bajón económico, la avicultura se beneficiará gracias a la competitividad de precios.
Volatilidad: el comercio mundial seguirá siendo volátil. La demanda se recuperará conforme se levanten las restricciones, pero el desequilibrio entre la oferta y la demanda, la volatilidad del cambio de divisas y los problemas de acceso podrían distorsionar los flujos comerciales. Quizás la tendencia hacia las compras locales suponga también un desafío.
Pechuga y carne oscura: los precios avícolas se van a recuperar algo después de los mínimos históricos del primer semestre. Al abrirse los servicio de alimentos, se beneficiará la carne de pechuga, aunque el comercio seguirá siendo difícil. Probablemente, le vaya mejor a la carne oscura. En algunos mercados la oferta será ajustada debido a la menor parvada de reproductoras.
Acuerdos comerciales: los acuerdos comerciales y las restricciones pueden seguir agitando el flujo comercial mundial. Los principales factores que pueden perturbar el comercio avícola mundial son la relación comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit y un movimiento hacia una mejor seguridad alimentaria en el Medio Oriente.
Todos los mercados afectados
Desde la perspectiva regional de rentabilidad, Rabobank observó que hubo una caída en las condiciones del mercado para la avicultura en todo el mundo. Muy pocos países quedaron protegidos de los impactos del COVID-19.
Las industrias de todos los países intentan llevar de nuevo al equilibrio de la oferta y la demanda mediante la reducción de colocaciones, que en la mayoría de los casos significará una recuperación del mercado de dos meses. La recuperación se espera que sea de forma gradual, con diferencias entre los diferentes formatos de distribución.
Las empresas orientadas a la exportación se van a beneficiar de la recuperación de los mercados, pero será más lento que aquellas compañías que estén más enfocadas al mercado de consumo nacional. En este último caso, las que estén enfocadas a la venta al menudeo gozarán de las mejores condiciones comerciales.
México: producción seguirá baja
México ha tenido trastornos importantes en su industria avícola nacional a causa del nuevo coronavirus. Los avicultores rápidamente ajustaron la producción como reflejo de la menor demanda en el servicio de alimentos. Sin embargo, hasta ahora solo se ven reflejados los recortes en las cifras semanales.
Hasta mayo de 2020, la producción promediaba 4% por arriba de los niveles de hace un año. Esto fue como consecuencia de un sólido crecimiento subyacente de la productividad y consumo al iniciar el año. Además, la buena salud de la parvada del año a la fecha ayudó a la mejora.
Después de que se colapsara el mercado en abril y que tocara fondo a principios de mayo a MXN20/kg, para junio los precios de la canal de pollo se acercaban a los MXN35/kg. Según Rabobank, la carne de pechuga experimentó la caída de precio más pronunciada, de un 24%, mientras que la pierna y muslo perdió apenas 15%.
Los expertos de Rabobank consideraron que la producción seguirá reducida hasta que disminuya el inventario de alto costo y mejore la demanda. Va a seguir la búsqueda de un crecimiento en la producción para reducir el equilibrio anual, en particular si el crecimiento económico no cumple las expectativas.
En cuanto a las exportaciones, Rabobank informó que la buena demanda de Cuba ayudó a levantar en 35% el volumen total de embarques, hasta las 579,000 toneladas. Sin embargo, la Unión Nacional de Avicultores (UNA) dijo a Industria Avícola que México ha exportado entre enero y mayo de 2020 un total de 6,085 toneladas de carne de pollo, embutidos, preparaciones alimenticias (tales como boneless, alitas, pechuga marinada y nuggets), huevo fértil, ovoproductos y otros productos (tacos, enchiladas, tamales y quesadillas de pollo), así como carne mecánicamente deshuesada (CMD).
Por otro lado, según Rabobank, la importación de pollo sigue dominada por Estados Unidos con un 95% del total. Para el primer trimestre de 2020, aumentó 10% a 245,000 toneladas o alrededor de un 22% de la disponibilidad total. Los precios más bajos de la carne oscura en Estados Unidos hará que llegue un mayor volumen a México, aunque a un menor valor en general.
La UNA informó que, hasta mayo, se habían importado 371,000 toneladas de pollo (entre pierna y muslo, CMD y otros) de Estados Unidos. También se importaron de Brasil 4,759 toneladas básicamente de CMD, mientras que de Chile fueron 8,206 toneladas de pechuga deshuesada en su mayoría.
Las importaciones de pollo brasileño bajaron de forma sustancial después de que, a principios del año, ya no se ampliaran los cupos de las importaciones. Esta reducción de las importaciones de Brasil va a ayudar a los precios de la carne de pechuga.
Brasil: recuperación al tercer trimestre
En este país exportador, después de que a finales de 2019 los precios al por mayor del pollo alcanzaran niveles históricos, el año inició con un aumento en la producción debido a mayores márgenes.
Sin embargo, la importante caída del consumo nacional, en particular del servicio de alimentos, junto con una mayor apreciación del costo del alimento balanceado, llevó a una menor producción en los meses siguientes.
El servicio de alimentos presentó una ligera recuperación del 1.5% en las últimas semanas, pues se han relajado las medidas del confinamiento en algunas regiones. A pesar de eso, el consumo acumulado sigue muy bajo (una baja del 61% del año a la fecha), mientras que, recientemente (del 1 de marzo al 6 de junio), la venta al menudeo de alimentos experimentó un aumento del 16%.
El pollo congelado presentó una fuerte caída del 13% del precio al menudeo en abril a causa del aumento en la producción, aunado con la caída del consumo nacional. Para finales de mayo, los precios aumentaron otra vez y para el 9 de junio, estuvieron 2% más altos que el mes anterior.
En esta país suramericano, los precios de pollo vivo, que en abril también registraron una fuerte caída mensual del 10%, recuperaron un 3% en mayo. El promedio parcial de ese mes es 15% mayor al anterior.
De acuerdo con datos parciales que notifica Rabobank en su informe, en el primer trimestre de 2020 la producción subió 3% al comparar año con año, pero el sector redujo el ritmo en los siguientes meses por la caída en el consumo nacional. En el segundo semestre, se espera que la mejora estacional en la demanda impulse la producción a mediados del tercer trimestre.
En cuanto a commodities, los precios a futuro del maíz indican caídas a corto plazo, ya que se acerca la segunda cosecha, lo que representa una producción del 70% al 75%. Este aumento en la oferta presionará a los precios del alimento balanceado, que en promedio están 31% más caros en mayo del año a la fecha.
Fuente: Industria Avícola